(Foto de archivo de Ana María Abruña Reyes)
Caminamos de la mano con todas las mujeres transgresoras que deciden enfrentar al sistema no importa las consecuencias.
Caminamos con ellas porque sus reclamos son reclamos de justicia no solo para ellas, sino para los demás.
Caminamos con ellas porque creen en un mundo más justo para todas las personas, porque aborrecen la desigualdad y combaten la pobreza.
Caminamos con ellas el primero de mayo y el resto de las ocasiones en que decidan protestar, de la manera que ellas escojan y como quieran, porque la protesta que no incomoda no es protesta, sino esfuerzo fútil para las gradas.