La cobertura del caso de la desaparición y feminicidio de Keishla Rodríguez Ortiz, por el que fue acusado Félix Verdejo Sánchez, evidenció múltiples errores éticos de cómo la violencia mediática se cuela en los medios de comunicación cuando las desapariciones se vuelven un espectáculo o un terreno de juicios para las víctimas.
Tras la alta exposición mediática de la violencia de género, académicas, periodistas y activistas de derechos humanos analizaron cómo incluir la perspectiva de género en los espacios mediáticos, en los que se construyen los referentes para vivir en sociedad.