Por los próximos cuatro años, el país tendrá una Asamblea Legislativa mixta y diversa en la que las mujeres ocupan más escaños que en los pasados cuatrienios, y en la que ya es evidente que las propuestas en defensa de los derechos humanos de los sectores más progresistas también enfrentarán las nuevas agendas fundamentalistas que se han insertado con la intención limitar libertades.