(Ilustración de Mya Pagán para ¡Cambia ya!)
Como estudiante de escuela superior, era de los muchachos que decía en los pasillos que no creía ni en el machismo, ni el feminismo, sino en la igualdad. Me creía el tipo más brillante y progresista cada vez que hacía semejante planteamiento. Pensaba que impresionaba con mi supuesto mensaje de inclusión. Pero en realidad era un adolescente cargado de prejuicios e inseguridades que desconocía completamente lo que representan las luchas feministas.