Las niñas tienen derecho a jugar. Tienen derecho a jugar libres y sin miedo. No importa quién sea su mamá. No importa dónde estén ni qué ropa lleven puesta. Las niñas tienen derecho a ser felices.
La sexualización de la imagen de una niña jugando, sonriendo, siendo feliz, no puede tener espacio. La sexualización de una niña no puede tener espacio en la televisión ni puede tener espacio en nuestras casas, en nuestras familias, en nuestros trabajos, en las iglesias ni en las escuelas. No puede tener espacio. Punto.