(Ilustración por la autora)
¿De qué color es la violencia machista? De todos. Y, a la vez, de ninguno.
La violencia machista es una expresión de desigualdad sumamente versátil: puede ser visible o invisible. Sutil o explícita. No obstante, ninguna de sus variantes y ninguno de sus disfraces son un pretexto para que esta se minimice porque, en todos los casos, la violencia machista es inaceptable y deshumanizante.
Esta expresión de desigualdad es consecuencia del patriarcado, que es el mismo que ha construido esa pirámide androcentrista que garantiza que se siga repitiendo y que no se tomen la represalias.
En su posición, la violencia machista está tan bien protegida que nos desprotege a todas y a cada una de nosotras, las mujeres. Entonces ¿cómo la combatimos?