Los patronos y las empresas han sido muy efectivos en convencer a sus personas empleadas de que la información sobre el salario y los términos de contratación son confidenciales, algo que no se comenta y de lo que no se pregunta.
“¿Cuánto te están pagando?”, suele considerarse una inquisición de entrometimiento y, usualmente, viene precedida de un “perdona que te pregunte”.
¿Cómo pueden, entonces, las mujeres, personas negras, mayores y LGBTTQI+ saber si están siendo discriminadas en su ambiente de trabajo?